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El cine de terror ha encontrado nuevas formas de incomodar, y Apocalipsis Zombie: Paciente Z (título original MadS) es un ejemplo impactante de cómo una técnica cinematográfica puede elevar la tensión al máximo. Esta película francesa, rodada enteramente en una sola toma continua, propone un viaje alucinante y caótico que mezcla zombies, drogas y alucinaciones con una atmósfera casi insoportable.
Romain está celebrando su cumpleaños número 18. Todo lo que quiere es salir de fiesta, despejarse y dejarse llevar por una noche sin reglas. Lo que no imagina es que esa misma noche se convertirá en un descenso directo al infierno. Después de recoger una pastilla misteriosa de su proveedor, comienza el viaje hacia casa sin sospechar que el terror lo está esperando a la vuelta de la esquina.
La gran apuesta de Apocalipsis Zombie: Paciente Z es su formato: toda la historia transcurre en una sola toma continua. A lo largo de casi 90 minutos, la cámara no se detiene, y eso contribuye a una sensación de urgencia, claustrofobia y desorientación que contagia al espectador.
Este estilo recuerda a lo mejor del cine de plano secuencia, como 1917 o incluso ciertas escenas de Children of Men. Pero aquí, el enfoque está en el horror y la paranoia, haciendo que cada segundo se sienta inestable, como si algo estuviera por estallar en cualquier momento.
Durante el trayecto de regreso a casa, Romain deja caer un cigarro y se detiene para revisarlo. Es entonces cuando se encuentra con una mujer vendada y ensangrentada, aparentemente en apuros. Decide ayudarla y subirla al auto, sin saber que esa decisión lo arrastrará a una pesadilla donde la lógica y la realidad comienzan a desintegrarse.
Poco después, la mujer sufre una transformación espeluznante. Lo que parecía ser una noche extraña toma un giro sangriento y violento. Romain, bajo los efectos de la droga, ya no puede distinguir qué es real y qué es fruto de su mal viaje.
A medida que avanza la noche, el protagonista se ve envuelto en una serie de eventos brutales. Sus amigos empiezan a comportarse de manera errática, y la violencia se vuelve constante. El espectador, al igual que Romain, comienza a cuestionar todo: ¿Está presenciando un brote zombi? ¿O es simplemente una alucinación inducida por drogas?
Apocalipsis Zombie: Paciente Z nunca ofrece respuestas claras. Esa ambigüedad es parte de su encanto: mantiene la tensión alta sin necesidad de explicaciones elaboradas. En ese sentido, se aleja del cine de terror más tradicional y se acerca a una experiencia más sensorial y subjetiva.
Rodar una película en plano secuencia no es tarea fácil. Aunque se sospecha que hay algunas uniones digitales entre tomas, la fluidez es tan efectiva que el truco se sostiene. Además, la oscuridad visual de muchas escenas ayuda a enmascarar cortes, lo cual también refuerza la atmósfera opresiva.
El ritmo, sin embargo, puede resultar agotador para algunos espectadores. Hay momentos en los que la cámara tambaleante y la falta de claridad visual hacen que sea difícil seguir la acción. Aun así, esto se siente más como una elección artística que una debilidad técnica.
El elenco está compuesto en su mayoría por jóvenes actores franceses, muchos de ellos nuevos en el cine de género:
Aunque la mayoría de estos nombres no son aún conocidos a nivel internacional, sus actuaciones son convincentes y naturales, lo que aporta autenticidad a la historia. El enfoque realista del filme se ve reforzado por la frescura del reparto.
Uno de los puntos más interesantes de la película es cómo difumina los límites entre la alucinación y la realidad. El guion juega con la percepción, haciendo que el espectador dude constantemente de lo que ve. La figura del zombie, clásica en el género, se resignifica aquí como una metáfora de la pérdida de control, del cuerpo que se convierte en amenaza, del colapso de la razón.
El título Paciente Z no es casual: sugiere el origen de una infección, pero también la idea de un experimento, de un sujeto bajo observación, lo que abre otras interpretaciones más psicológicas y existenciales.
Apocalipsis Zombie: Paciente Z no busca complacer a todos. Su estética oscura, su narrativa ambigua y su ritmo frenético hacen que sea una experiencia intensa, a veces incómoda. Pero para los amantes del cine de terror experimental, esta película es una joya que demuestra cómo el género puede renovarse desde la forma, no solo desde el contenido.
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Apocalipsis Zombie: Paciente Z (2025) - opiniones y comentarios de los usuarios: