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Las películas de posesiones demoníacas han sido un pilar del cine de terror durante décadas, y La Sangre del Exorcista intenta revivir esa tradición con una nueva historia sobre artefactos malditos, rituales antiguos y espíritus vengativos. Dirigida por Stephen Roach y escrita por Robert Howgate, esta producción británica del 2025 se adentra en el subgénero del exorcismo, combinando atmósfera oscura con elementos visuales impactantes.
Aunque parte de una premisa intrigante y se apoya en una estética cuidada, La Sangre del Exorcista lucha por destacarse entre las muchas películas similares que la preceden.
La trama sigue a una joven pareja que se muda a una casa aparentemente tranquila, solo para descubrir un extraño artefacto enterrado en el patio trasero. Sin saberlo, despiertan una maldición ancestral ligada a rituales de venganza y energía demoníaca.
A medida que comienzan a suceder cosas cada vez más inquietantes —luces que parpadean, susurros en la noche, visiones grotescas—, la pareja se ve atrapada en una espiral de terror que culmina con un desgarrador exorcismo realizado por un sacerdote con más secretos que fe.
Uno de los mayores aciertos de La Sangre del Exorcista es su cuidada dirección de arte. Desde la secuencia inicial ambientada en la época vikinga hasta los pasillos sombríos de la casa maldita, la película mantiene una estética inquietante y bien lograda.
El uso de la luz, la escenografía y los efectos especiales —en especial durante las escenas de posesión— genera momentos perturbadores que, si bien no reinventan el género, logran poner los pelos de punta. El diseño de sonido, cargado de susurros, golpes secos y voces distorsionadas, intensifica la experiencia sensorial.
Aunque el elenco está compuesto en su mayoría por actores menos conocidos a nivel internacional, sus interpretaciones logran sostener el tono de la película:
A pesar de su atmósfera efectiva, La Sangre del Exorcista cae en muchos de los lugares comunes del género: habitaciones con velas parpadeantes, crucifijos invertidos, niñas que hablan lenguas muertas y figuras que se contorsionan grotescamente. Si bien los fans del terror clásico apreciarán estos guiños, la película no ofrece giros argumentales nuevos ni profundidad psicológica.
El desarrollo de personajes también es limitado. La relación de la pareja protagonista carece de matices, lo que dificulta que el espectador se involucre emocionalmente en su tragedia. El sacerdote, que debería ser una figura central, aparece de forma abrupta y con motivaciones poco claras.
La dirección de Stephen Roach consigue generar suspenso en algunos tramos, pero el ritmo general es irregular. Algunas escenas se alargan innecesariamente mientras que otras, clave para la historia, pasan demasiado rápido. Esto perjudica la tensión narrativa y diluye el impacto emocional que debería tener el exorcismo final.
Aun así, La Sangre del Exorcista cumple con entregar una experiencia visualmente sólida y algunos sustos efectivos. No revolucionará el género, pero puede entretener a quienes disfrutan del terror clásico con estética contemporánea.
Con un inicio prometedor y una atmósfera bien construida, La Sangre del Exorcista entrega lo que promete: rituales oscuros, artefactos malditos y posesiones escalofriantes. Sin embargo, le falta originalidad y profundidad para destacarse en un género tan saturado como el del exorcismo.
Una opción aceptable para fanáticos del terror, pero probablemente no dejará una huella duradera.
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La Sangre Del Exorcista (2025) - opiniones y comentarios de los usuarios: